sábado, 28 de agosto de 2010

HISTORIA DE LA RADIO EN LA ARGENTINA


Fue la correa de transmisión cultural, musical y social de las familias en los años 30 y 40. Los inmensos aparatos superheterodinos ocupaban un sitio de privilegio en las casas modestas, en las piezas de los conventillos, en las viviendas de los pudientes y ricachones: era el difusor colectivo de las actividades humanas. Este es el informe que pone a disposición y conocimiento de los lectores un pedazo de historia múltiple del Río de la Plata. Espero que el lector evoque y disfrute con esta nota. Andrés Aldao

La Aventura Inicial

La mayoría de los estudiosos del tema coinciden en que, si bien en 1920 el invento de Guglielmo Marconi era ya en Estados Unidos y en Europa una herramienta usual de la radiotelefonía (comunicación interpersonal con fines privados o bélicos), le cabe a la Argentina el rol de pionera en la radiodifusión. Fueron el médico Enrique Telémaco Susini, junto a otros tres estudiantes: Miguel Mujica, César J. Guerrico y Luis Romero Carranza quienes el 27 de agosto, tras cumplir la hazaña de convertir a la radio en un incipiente medio de comunicación masivo, se ganaron el histórico apodo de "Los locos de la azotea". A través de la transmisión en vivo desde el Teatro Coliseo de la ópera Parsifal de Richard Wagner, nacían Radio Argentina –la primera emisora del país– y un público conformado por apenas unos cincuenta radioaficionados.
Ya en esa primera década de su historia, la radio ofrecía de manera incipiente los géneros y formatos que la habrían de caracterizar posteriormente. En 1921, la transmisión de música clásica se convertía en un hecho de frecuencia casi diaria. Al año siguiente, la noticia cotidiana ganaba espacio con la transmisión en vivo de la asunción de Marcelo T. de Alvear como presidente de la República. En septiembre de 1923 entraba el boxeo, con la célebre "pelea del siglo" entre Luis Ángel Firpo (a)El Torito de las Pampas y Jack Dempsey desde el Polo Grounds de Nueva York y en octubre del año siguiente lo hacía el fútbol, con un partido disputado por uruguayos y argentinos. Alrededor de esa fecha también – algunos estudiosos señalan que un poco antes– se ponían al aire los primeros reclames (el galicismo denominaba así a los avisos publicitarios). Hacia el final de la década nacía el radioteatro, cultor inicial de la vertiente criollista y nativista de delgado hilo argumental, centrado en canciones y payadas. El origen se atribuye hoy a Francisco Mastandrea con La caricia del lobo, éxito que continuará Andrés González Pulido con su conjunto Chispazos de tradición y que luego concretará expresiones más rigurosas con dramas históricos y escenas nativas de Arsenio Mármol y Héctor P. Blomberg.
A la pionera Radio Argentina, se sumarían en breve: Radio Cultura, Radio Sud América, LOU Radio Brusa (hoy Excelsior), Radio Libertad (hoy Mitre), Radio Casa América, Radio Grand Splendid (hoy Splendid) y Radio Nacional (luego Belgrano). En 1924 surgía en Rosario "la primera emisora cerealista del país", mientras se producía una de las innovaciones tecnológicas más radicales: la introducción de los parlantes, modificando sustancialmente las condiciones de escucha. El aparato receptor se ganaba así un lugar importante en el hogar, reuniendo a su alrededor a la familia entera. En tres años, el número de aparatos había crecido de manera sorprendente y surgían ya los primeros conflictos que llevaron a reglamentar la frecuencia de emisión entre 1925 y 1929.
Los años 30 acentuarán esta tendencia a la expansión. Al éxito de Splendid y Belgrano se suma Radio El Mundo en 1935 con un edificio monumental de siete estudios y dos auditorios, mientras el empresario Jaime Yankelevich crea desde Belgrano las primeras transmisiones en cadena. Las revistas especializadas: La canción moderna y Radiolandia dan cuenta de este auge.
A la vez el radioteatro amplía su temática extrayendo asuntos de la producción folletinesca, donde abundaban huérfanos, madres solteras, grandes villanos y amores imposibles pero eternos. Por su parte, hacia fines de la década, el deporte había consolidado su audiencia y Alfredo Aróstegui ponía al aire El Relato Olímpico, en tanto que Tito Martínez Delbox creaba Gran Pensión El campeonato que mantendría su vigencia por más de diez años. Las voces de Horacio Belbo y Ricardo Lorenzo "Borocotó" con sus relatos de fútbol y boxeo atrapaban a la audiencia de entonces.
El público se segmentaba de acuerdo con la edad, el sexo y la extracción social. Crecía por entonces el género infantil, mientras se posicionan las historias policiales y la comedia breve para el gusto adulto.
En 1937 inició sus transmisiones Radio del Estado desde el entrepiso del Palacio de Correos y Telégrafos y sin emitir publicidad comercial. Ante la demanda de un aporte mayor a la cultura, llevó adelante un proyecto innovador para la época: la "Escuela de aire", que permitía la escucha de programas elaborados por el Ministerio de Educación en todos los establecimientos públicos del país.

Familia, Fútbol, Tango
Hacia 1940 la radiofonía argentina ya había alcanzado un importante desarrollo económico y un impacto comunicativo incomparable. La campaña electoral de 1946 tuvo a la radio como escenario de difusión de las ideas políticas, convirtiéndose en herramienta de propaganda y de construcción de la opinión pública, no siempre bien vista por todos.
El radioteatro continuaba ganando adeptos, en especial por parte del público femenino que seguía fielmente las voces y peripecias sentimentales de Oscar Casco, Hilda Bernard, Susy Kent, Rosa Rosen, Eduardo Rudy, Jorge Salcedo o Julia Sandoval, con guiones de Abel Santa Cruz, Nené Cascallar y María del Carmen Martínez Paiva.
En 1940 debuta Niní Marshall con Cándida y Catita, iniciadoras de una extensa lista de personajes que se tornarían inolvidables. Tres años más tarde la Dirección Nacional de Radiodifusión prohibirá sus actuaciones por considerar que “tergiversaban el correcto idioma”. Niní volverá a la radio en 1954.
A propósito del humor, en 1944 salía al aire por primera vez Felipe, el célebre personaje de Luis Sandrini, que tendría una vigencia ininterrumpida de veintitrés años, secundado por Juan Carlos Thorry, Tincho Zabala o Magacha Gutiérrez, entre otros. Diversas figuras protagonistas de la risa fueron también Pepe Arias, el dúo Buono–Striano, Juan Carlos Mareco (a) Pinocho y Pepe Iglesias (a) El Zorro.
Los programas musicales continuaron siendo un número fuerte, aunque volcados por entonces hacia géneros más populares que la música clásica. Las orquestas típicas, las de jazz, los solistas de moda y hasta el recitador eran los ingredientes esenciales de un buen show radiofónico. Son además años de crecimiento del folklore. Antonio Tormo, que en 1937 integraba La tropilla de Huachi Pampa, imponía el gusto mayoritario en su programa El Fogón de los Arrieros.
Enrique Santos Discépolo, en tanto, con su personaje Mordisquito se convertía en un emblema incuestionable de la época, a través del diálogo imaginario con ese personaje que no reconocía las conquistas sociales del peronismo. El ciclo, de gran éxito, se vio interrumpido con la muerte del autor ya concluida esta década en la que el Estado Nacional había recuperado todas las licencias de manos privadas y extendido la creación de nuevas emisoras en el interior del país.
Los años 50 corrieron paralelos al nacimiento de la TV, que sería con el andar del tiempo y antes de conformar cada medio su público, su principal competidora. Así fue como Radio Belgrano pasó a ser LR3 Radio Belgrano Televisión.
La muerte de Evita dejó testimonios en la radiodifusión. Durante los 16 días siguientes no se escuchó más que música sacra y se impuso la costumbre de evocar la hora del deceso con la expresión: "Son las 20.25, hora en que Eva Perón pasó a la inmortalidad."
En octubre de 1953 el Parlamento promulgó la Ley 14.241, la primera en el campo de la radiodifusión sancionada con el Congreso en funcionamiento.
Esta década centró su atención en la programación familiar. Los Pérez García será uno de los productos de mayor audiencia del horario nocturno y conservará ese lugar de prestigio durante muchos años. La clase media argentina aprendió así a “ver” sus propios conflictos cotidianos a través de la radio y le entregó su fidelidad. La audición de Jabón Federal por Radio Belgrano, se centró también en esta franja de público, alcanzando el primer lugar en la preferencia de los oyentes.
La música de entonces se focalizó en el folklore (con propuestas como El Rancho 'e la Cambicha) y fundamentalmente en el tango, que consagraba a intérpretes populares como Alberto Castillo. Alejandro Romay, por su parte, animaba Lluvia de estrellas, el que a su vez competía con Una cita con el tango y Mundo de tango.
Los programas cómicos, que ya habían consolidado un camino en décadas anteriores, se impusieron con holgura. Son los años de Los cinco grandes del buen humor (con Rafael Pato Carret, Jorge Luz, Juan Carlos Cambón, Zelmar Gueñol y Guillermo Rico), de La Revista Dislocada de Delfor Discasolo y Aldo Cammarota en Radio Argentina (el primer programa donde la publicidad se integraba al clima risueño y chispeante de la audición).
El radioteatro, en tanto, pugnaba por conservar su audiencia femenina, que comenzaba a serle disputada por la televisión. A los nombres de los guionistas de la década anterior, se sumaron los de Alberto Migré, Celia Alcántara y Alma Bressán.
El deporte sumó también nuevas voces y estilos: Fioravanti, el campechano Lalo Pelliciari y Luis Elías Sojit con su programa de automovilismo: Coche a la vista.
La modificación tecnológica más importante se sitúa en 1956, con la llegada a la Argentina de las primeras radios portátiles a transistores, hecho que volvería a modificar las condiciones de escucha. Así el aparato receptor se desplazaría con el oyente, fortaleciendo las condiciones de fidelidad, ya sea a una emisora o a una voz en particular.
A partir de 1957, con la nueva reglamentación de la radiodifusión, el medio entró en un terreno complejo. La censura y el cuidado de los contenidos en los programas se convirtieron en una práctica frecuente.

La Renovación entre Luces y Sombras
Al comenzar la década del 60, ya se han registrado cambios sustanciales. En primer término, los elencos estables y las orquestas exclusivas de las emisoras son absorbidos por la televisión, que además ha ganado la batalla por la ficción folletinesca. Los programas en vivo tienden a menguar; la información y la música se convierten en protagonistas del discurso radiofónico. El medio se posiciona cómodamente en el horario matutino, franja a la que recurre una audiencia ávida de obtener noticias recientes de primera mano.
En cuanto a la estética, se impone un código más informal y cómplice, en el que destacan Fontana ShowLa Gallina VerdeEl Diablo Cabo y a partir de 1967Rapidísimo de Héctor Larrea, un clásico de largo aliento. También en el espectro informativo cabe citar el alto impacto de Ariel Delgado desde Radio Colonia en Uruguay. Su clásica frase: "Hay más informaciones para este boletín" puso en vilo en más de una ocasión a la audiencia argentina, que se las ingeniaba para sortear la censura militar impuesta por la dictadura de Onganía.
En el género musical triunfaron propuestas como La Cabalgata Musical Gillette que puso al aire por primera vez una canción de los Beatles, por entonces denominados "Los escarabajos". El sector juvenil se inclinó también por propuestas como Música en el Aire o Escalera a la fama, en tanto que el repertorio folklórico encontró enArgentinísima de Julio Márbiz o El mundo de la guitarra de Antonio Carrizo vehículos notables para su propia difusión.
La información deportiva ganó con nuevas voces y figuras, entre las que cabe mencionar a Andrés Rouco y Lisandro González Longhi con Carburando, Carlos Legnani con Campeones en el camino y la dupla Oscar Gañete Blasco – Pérez Trigas con Emoción en las rutas.
La gran innovación de los años 70 es la aparición de las emisoras de frecuencia modulada, más conocidas como FM. Su irrupción divide el espectro radiofónico, estableciendo la dicotomía: AM–información/ FM– música, antítesis que irá desapareciendo con el paso del tiempo.
En 1972, a partir de la promulgación de la Ley Nacional de Telecomunicaciones, se crea el Comité Federal de Radiodifusión (COMFER), que pasa a depender al año siguiente de la Secretaría de Prensa de la Presidencia.
Un sensible cambio de estilo se produce en las figuras de locución: los tonos bajos, sugerentes y casi susurrantes cautivan la escucha nocturna que la FM recupera para la radio, disputándole público joven a la televisión. Es la consagración de Nora Perlé, Betty Elizalde, Nucha Amengual y Graciela Mancuso, figuras femeninas a las que se suma el estilo pausado de Omar Cerasuolo o de Juan Alberto Badía.
La noche gana con programas como Modart en la nocheImagínateLas 7 lunas
La noche con amigos.
Desde la perspectiva informativa general a los nombres de Cacho Fontana y Antonio Carrizo se suman los de Víctor Sueiro, Julio Lagos, Mario Mactas y el más innovador de la década: Hugo Guerrero Martinheitz, (a) El Peruano Parlanchín, con su originalEl show del minuto.
La dictadura militar a partir de 1976 impuso su control sobre los medios de comunicación y la censura se instauró también en la radio. Listas negras, nombres prohibidos, asuntos eludidos y músicos cuya obra no podía ser difundida, se convirtieron en prácticas habituales. Nuevamente Ariel Delgado desde el vecino Uruguay les permitió a los argentinos saber qué estaba ocurriendo en su propio país. En medio de tanto silencio, una figura como la de José María Muñoz, (a) El relator de América, que había cambiado en las décadas anteriores el estilo de las transmisiones deportivas con un sello profesional y único, borraba con el codo lo escrito con la mano. En el marco del Mundial de Fútbol 78, durante la visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, asumió una actitud harto complaciente con la dictadura, postura que reafirmaría en el mundial juvenil 79.
En 1980 se aprobó el Decreto/Ley 22.285 sobre radiodifusión, que –entre otras cosas– extendía las licencias a quince años con prórroga de diez más, convertía al COMFER en un ente autárquico e integraba al mismo tres miembros de las Fuerzas Armadas y dos representantes de las empresas privadas.


Los Últimos Años
El retorno a la democracia trajo nuevos aires a la radio, que adoptó un carácter más frontal, con información al instante y un amplio lugar para la opinión y el debate. En este espacio se convirtieron en clásicos: Magdalena Ruiz Guiñazú, Santo Biasatti, Román Lejtman, Nelson Castro, Alfredo Leuco, Diego Bonadeo y Néstor Ibarra.
Algunos programas de entonces se convertirían en emblemáticos de esa época, por el alto nivel de ideas, de producción o de creatividad: "Sin Anestesia" de Eduardo Aliverti, "Sueños de una noche de Belgrano" con Jorge Dorio y Martín Caparrós, "Ciudadanas" de Ana María Muchnik o "Historias en estudio" de José M. Pasquini Durán señalan algunos de los hitos más altos alcanzados por la radio entre 1984 y 1985.
También el humor volvió a ocupar un lugar destacado en el aire. A partir de 1987 Alejandro Dolina convocó a una audiencia creciente con "Demasiado tarde para lágrimas", combinando risa y desenfado con la profunda reflexión humanista.
En el deporte el brillo recayó sobre Víctor Hugo Morales, quien primero en Radio Mitre y luego en Continental, marcaría un estilo de relato signado por la mixtura de la cultura clásica con el periodismo deportivo.
Los 90 se vieron en la encrucijada de un doble movimiento, signado por las direcciones encontradas entre la mega concentración de las empresas periodísticas con la administración de varios medios a su cargo, y la proliferación de los micro–medios: radios de baja potencia de alcance local y comunitario. En esa tensión proliferarían también las FM que renovaron la estética radial, destacándose, entre otras: Rock and Pop, FM 100, Horizonte, Feeling y Aspen. Crecieron asimismo las denominadas "radios de segmento", es decir, aquellas con un público muy sectorizado, como por ejemplo: FM Tango o FM Clásica. Nuevas voces: Lalo Mir, Elizabeth Vernacci, Mario Pergolini, Boby Flores, Marcela Feudale, Ari Paluch, se ganaron su lugar a fuerza de personalidad, carácter e innovación.
Hoy la radio ocupa un espacio por derecho propio. Ya no se plantea competir con la televisión porque supo conquistar un sitio imprescindible en la vida cotidiana: ritmo informativo, "walkman" o escucha en el auto, acompañamiento, diversión, actualidad. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han abierto también otros canales a través de Internet y hacen posible que un programa emitido en una localidad de nuestro país pueda ser escuchado con calidad y alta fidelidad en otros lugares del mundo.

lunes, 23 de agosto de 2010

LOS PODESTA. BREVE HISTORIA DEL CIRCO CRIOLLO
           
el payaso Pepino

El circo en Buenos Aires

El primer circo que funcionó en Buenos Aires fue gracias a la iniciativa del Inglés Santiago Spencer Wilde. Wilde instaló entre las calles Florida y Córdoba el "Parque Argentino" donde se presentaron los primeros espectáculos circenses con artistas nativos y los circos extranjeros que llegaban al país.
Para algunos, el primer circo netamente argentino es el "Flor América" creado por Sebastián Suárez en 1860. De niño, Suárez conoció al Circo Olímpico de Juan Lippolis Ese encuentro lo introduce en el mundo del circo y en cada presentación circense de la zona Sebastián Suárez aprende trucos y técnicas, se pinta la cara, se pone ropas estrafalarias y se convierte en "Tony".
Otros historiadores opinan que el verdadero circo criollo nace cuando los hermanos José Antonio (Pepe) y Gerónimo Podestá estrenan la versión pantomímica de la obra de Eduardo Gutiérrez "Juan Moreira", poniendo en juego algo de la identidad Argentina y Sudamericana, por haber sido el primero que dejó de imitar las artes provenientes de Europa. Es así que, en la Argentina, el 6 de octubre se celebra el Día del Circo en homenaje a Pepe Podestá, que nació ese día de 1858 en Montevideo y desarrolló aquí una labor pionera.

El circo fue el espectáculo más popular en estas tierras, durante los tiempos de la colonia y los de la vida republicana independiente.
Se dice que el primer payaso que se presentó en el Río de la Plata fue el italiano Pedro Sotora "el hombre incombustible", quien en 1834 comía estopa ardiendo y realizaba saltos mortales ante el público de Buenos Aires y Montevideo.

Durante el período rosista, el teatro y las formas del espectáculo en general, tuvieron un fuerte impulso y apoyo oficial, incluso se conformó una escuela de actores criollos. Los federalistas veían con gozo, al final de cada función, la quema de un desleal con el nombre de algún unitario refugiado en Montevideo.

El picadero cobra protagonismo en la escena rioplatense en forma paralela al teatro tradicional, con compañías europeas y con gran asistencia de las burguesías locales.
En 1869 llega a Buenos Aires el circo italiano Chiarini, con los números hípicos de Giusseppe Charini y la compañia conformada por su núcleo familiar.
Ese mismo año comienza a actuar en Montevideo y luego en Buenos Aires, el payaso genovés, acróbata y luchador Pablo Raffetto.
Raffetto monta una pequeña empresa y muestra su número del "disparo del cañón" en Buenos Aires y Montevideo. La lucha se transforma en una importante fuente de trabajo para el genovés y los espectadores lo desafían a pelear en las funciones.

En 1877 se encuentra con los hermanos Podestá. Raffetto contrata a los jóvenes hermanos uruguayos durante seis meses para realizar una gira por el sur de la provincia de Buenos Aires. No sólo compartían un contrato laboral sino además la sangre genovesa.

Además de Raffetto, dos fueron los payasos que conquistaron al público de fin de siglo: Pepino 88 y Frank Brown. Este último, a quien Rubén Darío elogiara en su "Autobiografía", llega a estas tierras en 1884 con un estilo distinto al del clown criollo. El inglés nacido en Brighton en 1858 aparece en las carteleras como "El rey de los clowns". Conoce el español y los niños los aclaman cuando lanza golosinas de una cesta a las tribunas. Prepara un espectáculo en clave de sátira, en el que se propone como candidato al Congreso en plena campaña electoral de legisladores en Buenos Aires (1884)

En 1893, cuando Marcelo Torcuato De Alvear participaba del levantamiento revolucionario, Brown acudió al campamento de Temperley donde estaban los rebeldes, e improvisó un espectáculo con reparto de cigarrillos para los alzados en armas.

Durante algún tiempo Brown trabajó en sociedad con los hermanos Podestá.
Pepino 88, creado por Pepe Podestá, además de sus habilidades de músico y cantante, desarrollaba una suerte de espectáculo interactivo con el público con quien dialogaba y a quien involucraba en su propuesta de humor.

Pepino el 88 fue un payaso y modelo del cómico rioplatense. El famoso personaje nació en 1881 cuando a Pepe, que era acróbata en la compañía ecuestre de Félix Hénault, le tocó reemplazar a un payaso enfermo. Se hizo llamar Pepino, y la gente le agregó el 88 porque la cifra parecía dibujada por los parches en la chaqueta de su padre con que fabricó su improvisado traje. Sus sátiras políticas o sus imitaciones del "niño bien" o el "compadrito" influyeron en generaciones de cómicos y monologuistas, desde Florencio Parravicini hasta Enrique Pinti.

La tradición que ellos instalaron a fines del siglo pasado fue retomada luego por otros tantos pilares del humor popular argentino, que supieron trasladar el clima de la carpa a la pantalla de TV, como Pepe Biondi, "Pepitito" Marrone, Carlitos Balá o Alberto Olmedo.

En 1884 la Compañía de los hermanos Carlo había tenido una excelente temporada circense. Los empresarios deseaban responder a la buena acogida del público con un número nuevo, original y de destaque en las carteleras.

Surge así la idea de representar un drama gauchesco en el picadero, y se invita a Eduardo Gutiérrez, autor de novelas de folletín, verdaderos best sellers de la época, a preparar un guión para la pantomima "Juan Moreira" basada en su novela homónima.
Contrataron a Pepe Podestá para el espectáculo que hasta 1886 se presentó solo con la gestualidad de los actores y sin el apoyo la palabra hablada.

Pocos años después, independizados los Podestá, José escribe un libreto en base a los diálogos de la novela y se representa el "Juan Moreira" parlante.

Los Podestá

El matrimonio compuesto por el genovés Pedro Podestá y la genovesa María Teresa Torterolo, pensaba que en Buenos Aires existían mejores perspectivas para prosperar que en Montevideo.
Ya en Buenos Aires, nacen sus primeros dos hijos. Tienen un almacén en el barrio de San Telmo y no les va mal pero ante el rumor que hacen correr los rosistas de que si el general Urquiza llegara a entrar a Buenos Aires lo primero que haría es degollar a todos los gringos, retornan a Montevideo. Allí nacen siete hijos más.

Uno de ellos, José (Pepe) es el primero que siente la atracción de los circos extranjeros que pasan por Montevideo y empuja a sus hermanos hasta la playa cercana para repetir con ellos las pruebas. Los Podestá, liderados por Pepe, forman su propio circo de barrio en un galpón ubicado en las calles Isla de Flores y Convención de Montevideo y en esta aventura son seguidos por su madre que se ocupa ahora del mantenimiento de las ropas y en los días de lluvia hace tortas fritas con mate para olvidar así la frustrada función.

Después de mucho transitar los caminos de tierra con sus carretones, ofreciendo su arte de trapecistas, malabaristas, forzudos y payasos, por las poblaciones del interior de Argentina y Uruguay, los Podestá actúan en el Circo Humberto Primo de Buenos Aires (situado en la esquina de las calles Moreno y Ceballos, en parte del predio que hoy ocupa el Departamento de Policía). Pepe con dos de sus hermanos compone un terceto audaz que figura en los programas como "Los cóndores del trapecio" y además se convierte en el popular Pepino 88.

Los Podestá atraían público en Buenos Aires y Montevideo. Llegaron a recibir un premio en el teatro Colón, en un espectáculo a beneficio de los huérfanos de los batallones de Mitre. Allí fueron aplaudidos por la poderosa burguesía rioplatense y por los representantes del poder político.
Con los Podestá se difundió el Pericón en reemplazo del folklórico Gato. Se divulgaron gran cantidad de danzas y el tema gauchesco. Ellos lograron hacer conocer ritmos musicales tradicionales a lo largo y ancho del territorio argentino rescatando a muchos de ellos del olvido.

El Circo Criollo

Simplificando, se puede decir que el circo criollo es aquel que tiene pista y escenario o primera y segunda parte. La primera parte es aquella que se desarrolla en el picadero, que en "El circo Criollo"no se cubre de arena, sino de dorado aserrín y donde se despliegan las habilidades, los números de trapecio, contorsiones y la infaltable pareja cómica "tony y payaso o clown". La segunda parte es la de actuación (el drama criollo)

Los Podestá fueron los pioneros del circo criollo. Ellos crearon la "segunda parte" con pantomima gauchesca. El primer y más famoso drama es el titulado "Juan Moreira", que representa la historia del gaucho perseguido por la ley, tema que retomará José Hernández en el Martín Fierro.

LOS PREMIOS PODESTA
           
Los Premios Podestá se entregan en honor de la familia que fue génesis del arte escénico argentino. Son los mismos actores que entregan el premio a sus pares en reconocimiento a sus trayectorias. Este año fueron entregados a Enrique Pinti, Alejandro Urdapilleta, Osvaldo Santoro, Martín Adjemian, Manuel Callau, Maximino Moyano, Sara Bianchi, María Fiorentino, Adela Gleijer, Ingrid Pelicori y a una amiga y colaboradora de la Luciérnaga: Laura Bove

Entrevista con Laura Bove

¿Cómo fue tu primer contacto con el teatro ?
Mi primer contacto con el teatro fue a los cuatro años trabajando en Varieté junto a Oscar Aleman, Marrone y Azucena Maizani. Luego, Cuando era obligatorio la presentación de números vivos en el cine (1953) trabaje junto a Don Pelele , Fidel Pintos, Alfredo Barbieri y en televisión debuté con Olmedo y Tincho Zabala en “la Troupe de TV”

¿ Cual fue tu formación?
Me forme con Hedy Crilla a los 6 y a los 25 años y Carlos Gandolfo a los 16 y 35. Mi ultimo maestro fue Juan Carlos Gene con quien tome clases de Clown.
¿Qué le aconsejarías a alguien que quiere iniciarse en la actuación?
Fundamentalmente leer y ver mucho teatro y que sepa que es una profesión que requiere de mucha paciencia. Lo importante es poder gozar y disfrutar del camino de aprendizaje y de las distintas experiencias que se va teniendo. Muchas veces por cumplir determinado objetivo “trabajar en el teatro San Martín” o “trabajar con Suar” se genera mucha frustración y se pierde la posibilidad de disfrutar cada momento del camino.

¿Qué significa recibir el premio Podestá?
Mucha alegría por que dan los pares. Un premio siempre es un mimo al alma. Un estímulo para seguir luchando. Profesión viene de profesar. Profesar la fe. Renovar los votos en lo que se está haciendo.

¿Y cuales son tus proyectos ?
En octubre voy a trabajar en “Jardín de Otoño” de Diana Raznovich con dirección de Norberto Gonzalo en el Teatro de la Máscara y muy pronto espero estrenar dos piezas de mi autoría “Las capas de la cebolla” y “Lo que duele es la anestesia”

LO CELESTE



Por ELEUTERIO FERNANDEZ HUIDOBRO |*|

 Ya tomada alguna distancia de las muy fuertes emociones vividas en oportunidad del Mundial, se puede intentar ver el fenómeno social ocasionado por el deporte. Much@s lo están haciendo y vamos a tratar de aportar un poquito.
No se puede eludir un dato básico: sea por la causa que sea, la población de nuestro país trae, tal vez de épocas remotas, una señalada vocación deportiva y, más en general (para cuando el deporte casi no existía), lúdica.
Así lo señalaron, y no sin curiosidad, lejanos cronistas e historiadores tanto nacionales como extranjeros, respecto por ejemplo al gaucho, la timba, la guitarra y el caballo. Aunque también, y desgraciadamente, respecto a las interminables guerras civiles del siglo XIX.
El caballo, que fuera centro de una cultura y hasta de una civilización, tuvo a nuestro parecer mucho que ver en esa característica no muy abundante en el mundo. Porque no olvidemos que ser caballero implicaba, en otros países, ser muy rico.
Mientras que en nuestras praderas fue, hasta entrado el siglo XX, asunto también de pobres y de marginados. Y cosa vital.
Las praderas vírgenes y sin alambrados, hospitalarias para hombres y bestias, dieron de sí, casi espontáneamente, vacas, caballos y perros cimarrones. Los dos últimos declarados, en ciertos momentos, plaga. ¡Plaga de caballadas!
Dejando estos pensamientos básicos, no cabe duda acerca del papel que el deporte (y no sólo el fútbol) cumplió y cumple en nuestra sociedad.
Se ha dicho por estos días que por suerte varias generaciones nuevas han podido presenciar lo que siempre les contaron como una leyenda perdida.
Pero es más: no han podido todavía vivir momentos parecidos en el ciclismo, el atletismo, el boxeo, el básquet, y otros deportes (incluidos el golf, el turf, el automovilismo, el remo, la vela, etcétera) que, para los que peinamos canas, también fueron hitos imborrables de nuestra juventud.
Cuando siendo niño murió Supicci Cedes, lloré tres días... Tras todo eso, iban y también venían, los valores que nos definían.
El deporte, como hecho social de carácter mundial, fue cobrando en el siglo XX y lo que va de este, importancia y envergadura cada vez mayor en materia de civilización y cultura.
Se dice, y hasta con asombro, que en el extranjero a Uruguay se lo conoce mucho más por el fútbol y por sus futbolistas, que por otras cosas.
Como si ello fuera "raro".
Basta ver el despliegue publicitario que se mueve en torno a TODAS las expresiones deportivas para saber que a las grandes empresas transnacionales también se las conoce, o empieza a conocer según el caso, por lo mismo. Ni qué mencionar el uso político bueno y malo que se hizo de ello. Recordar las Olimpíadas de Berlín poco antes de la II Guerra Mundial, las de Munich, el boicot a las de Moscú ya más acá en el tiempo, etcétera.
Este Mundial también lo contuvo: fue hecho ex profeso en Sudáfrica para ayudar a consolidar un proceso de integración en marcha en un lugar donde se cometió una de las más grandes atrocidades de la que se tenga memoria y que por ello fuera excluido de los más grandes certámenes mundiales hasta hace poco. No olvidemos que en ese proceso de integración y de libertad cumplió un papel el rugby.
Aunque todos sabemos que Mandela, acompañado por su pueblo y por una gran campaña de solidaridad internacional, fue no sólo la figura decisiva sino algo no muy común: símbolo.
¿Y cuál fue la enseñanza más grande que Mandela nos legara? A nuestro juicio saber luchar, saber perder y saber ganar. O resumiendo: saber perder y saber ganar. Fue una lección colosal además de magistral.
Creemos entonces que, casi providencialmente en cuanto a las coincidencias, nuestros deportistas le dieron al mundo pero muy especialmente al Uruguay y en aquel lugar, otra lección a su alcance y a escala deportiva mundial de lo mismo: saber perder y saber ganar.
Pero, agregado a las consideraciones anteriores (algunas vienen desde el fondo de la Historia), el acontecimiento golpeó hondo en la población de Uruguay pero muy especialmente en la juventud y en la niñez.
Ello se debe a que nuestro país vivió y no sólo en el deporte sino en cosas vitales, duras experiencias referidas al no saber ganar y al no saber perder.
Muy amargas y duras. En el plano político, en el social, y en el económico.
Primero fue la Dictadura y luego, cabalgando sobre la desesperación fomentada, el "hacé la tuya" como expresión aberrante de no sólo ganar sino de "saber" ganar. No queremos entrar al entorno de las monstruosas "enseñanzas" que se impartieron en torno a qué hacer cuando se pierde.
Así se rompieron códigos sagrados que venían de lejos e identificaban. Y cuando esa columna vertebral intangible se rompe, hay siempre malas consecuencias.
Una de ellas, que la sociedad así agredida y aún aceptando en parte las malas "novedades", queda con su conciencia rota.
La anomia que en Uruguay, según muchos analistas, se iba transformando en imperante socialmente, no es precisamente un lugar cómodo en el que poder vivir.
Para colmo, en el 2004 se produjo una gran "ruptura" (en el buen
sentido) política. Ahí, hora crucial, se volvió y no sin trabajo, a saber ganar y a saber perder. "Agravada" en el 2009 por otra que llevó al Gobierno a un caracterizado y conspicuo "perdedor" quien, por lo que se va viendo, parece ser, contra todo lo profetizado malignamente, también un buen ganador. Dos furibundos golpes contra pérfidos esquemas.
Algunos dicen que Pepe imita a Mandela y otros, que están presos, alegan que no lo bastante.
Tanto los futbolistas como el equipo técnico, demostraron a su escala (que fue mundial) saber ganar mientras ganaron y saber perder cuando les tocó.
Le mostraron al mundo la existencia de un país y las características que tiene (a pesar de que las fueron degradando con avieso trabajo de zapa).
Fueron decisivos en la pesada tarea de marcar el rumbo con hechos concretos entre la frívola hojarasca que persiste: humildad (en el sentido de "no a la soberbia"), entrega, planificación, excelencia, bonhomía y trabajo en equipo.
Esa recuperación tangible y profunda de lo añorado por perdido o extirpado, que por lo dicho va mucho más allá del deporte, explica el impacto social tan perceptible. ¡Gracias!
Gracias pero en horas de Presupuesto no debemos volver a olvidar al deporte. Sería ceguera.
Por lo antedicho y por muchas cosas más (entre ellas la salud pública en todas las edades, la integración social, el combate a la variada gama de tóxicos tangibles e intangibles que nos invade, la promoción del país, y la defensa de sus valores... En fin, el idilio fecundo de lo celeste basado en la celeste.

|*| Escritor, senador de la República.

domingo, 15 de agosto de 2010

JUAN TAJES

 

Del coito celestial de dos ciudades,
acrisoladas márgenes del Plata,
vio la luz este hijo, que es el hijo
del Río como Mar. Y en la barata
promiscuidad del noble conventillo,
antro heroico del piojo y de la rata,
gimió el Tango el vagido inconfundible,
orillero, asocial y de alpargata.
Dos ciudades preñadas de poesía,
patria del Tango para siempre mía.
De pronto fue la antigua melodía,
alguien le marcó el ritmo, un tercero
le hizo el contrapunto y por entonces
llegó el canto. Siguieron con esmero
arpegios y glisandos, el acorde,
la síncopa endiablada y el austero
vibrar del bandoneón grave y solemne;
voz antigua de canto marinero.
Llegaban cada uno de su tierra.
Coincidieron aquí. La suerte es perra.
Se encontraron al Sur del hemisferio,
el temor tiene algo de hermosura,
se retan dos pasiones frente a frente
al borde de la misma sepultura
y en el sordo latido del silencio
dejan de respirar; toman altura,
dan juntos a la vez el primer paso
-el paso inaugural- y la aventura
esta danza nació así, de repente,
como suele ocurrir entre la gente.
Arrastrados, al fin, por la corriente
sentimental de aquel malabarismo,
refugio de la fe, para ser uno
con su pirueta al borde de un abismo,
en señal de respeto se miraron
ojo en ojo y el Otro es uno mismo.
Dicen que están bailando todavía,
lo demás es, tal vez, un espejismo.
Si quien comparte el pan es compañero
el que comparte el Tango es cotanguero.
¿Qué se iban a decir, en que dialecto,
jerga o idioma para su alegría,
verso de amor o amargo desengaño
cultivando el dolor de cada día?.
¿Cómo expresar con las mismas palabras
de otro modo la suma y la manía
de esgrimir en defensa de la imagen
el baluarte de la mitología?.
Sopló el Ángel del Tango en su trompeta,
cada Evangelio tuvo su poeta.
La emoción en suspenso, el alma quieta,
ausente del amor y de sus males,
evoca los fantasmas de aquel tiempo
que nunca fue. Acaso los anales
de la invención crearon este sueño
donde se citan turbios arrabales,
donde se mezclan héroes y traidores
que luchan en combates desiguales.
La leyenda se forja paso a paso,
todas las cartas son del mismo mazo.


Va subiendo la cuesta y su silueta
de duende bailarín caracolea
vertiginosos cortes y quebradas
y lo embriaga el olor de sangre fresca,
sangre que evoca hímenes ingenuos,
mitológicas vírgenes porteñas
y se pierde en tugurios-laberintos,
Minotauro del verso y de la idea.
Como Fausto, celebra su pecado
de lírico alquimista enamorado.
Bate metal de sueños el herrero
sobre la fragua eterna del poeta
y en el yunque del verso va forjando
la perfecta unidad de su cuarteta.
Este herrero es Ferrer, veo en su rostro
las huellas de la mágica careta
y al caer el telón tras el aplauso
descansa el corazón en su maleta.
Académico, mago, abracadabra,
trashumante del gesto y la palabra.

Juan Tajes


Nació en Montevideo, Uruguay en 1946 Literatura:1962-2009
A partir de 1962: Charlas en diferentes círculos literarios en Montevideo y en el interior del pais. Participa en la fundación del Grupo Intelectual Vanguardia que auna a los poetas de la generación del 62. Gira poética por diferentes ciudades del litoral Uruguayo
Salón del Poema Ilustrado en la Feria del Libro y el Grabado 1962 – 1963 – 1964 - Obra editada
1963- Canto Al Hombre – poesía- Montevideo- Uruguay
1964- Cristos de arcilla- poesía- Montevideo-Uruguay
1965- Esquina Cero –antología poética- La Plata- Argentina
1971- La Otra Guerra - cuento – Mención Especial concurso El Popular – Montevideo – Uruguay
1996 – Tantango- Poesía- Amsterdam – Holanda 
1997 – Tantango – Poesía- Revista-Libro de la Academia Nacional del Tango -Buenos Aires- Argentina
2009 - Mama ik wil een vriendje - poesía - ( edición colectiva en “Het beste van Poëzie in het Park” - Amsterdam

Enviado por Romi, editora del blog Hablemos de Literatura.

Obra traducida al Holandés:

1983- Amicitia 83 – Teatro- Editorial De Woelrat- Amsterdam-Holanda

1995- Soneto a tu ciudad – Poesía- Revista Amsterdam Sur- Amsterdam - Holanda
1996-Tantango-Poesía-Amsterdam - Holanda
1997- La Otra Guerra- cuento - Revista Amsterdam Sur – Amsterdam – Holanda 
1998- Tres Sonetos - poesía-Revista De Tweede Ronde – Amsterdam – Holanda 
2008- Poesía 
2009- El crímen – cuento 

Lectura de Poesía:


2001 –Foire de la Poesie – Paris – France

2002 - Poëzie en Tango – Dordrecht-Holanda 
2008 – Poëzie in het park – Amsterdam
2009 – Poëzie in het park – Amsterdam 
Recitales y conferencias en español:
Guillén y otros Afroamericanos (recital)
Amor Sagrado y Profano ( recital)
Elogio de la lengua Espanyola (recital)
El tango en la literatura (recital)
Borges y el Tango (recital)
La máscara en la Commedia dell’Arte (conferencia)
El Actor detrás de la máscara (conferencia)
El Tango en el teatro Rioplatense (conferencia)
Mitificación de la ciudad en la poesía y las letras de tango (conferencia)
Jorge Enrique Adoum o el teatro de la subversión -2008