WASHINGTON BENAVIDES: POETA, TROVADOR, MÚSICO
Washington Benavides (Tacuarembó, 1930). Profesor de Literatura en Enseñanza Media y Universitaria. Profesor de Arte y Comunicación, conductor de programas de música popular en CX 30 Radio Nacional; traductor de Guimarães Rosa, Oswald de Andrade, Carlos Drummond de Andrade, Affonso Romano de Sant'Anna, Gregorio de Mattos y otros; crítico literario, especializado en Horacio Quiroga y poesía joven. Algunos de sus poemarios premiados: El Poeta (1959), Poesía (1963), Las milongas (1965), Los sueños de la razón (1967), Poemas de la Ciega (1968), Fotos (1986), Lección de exorcista (1991), La luna negra y el profesor (1994). Entre su labor crítica aparecen: Cuentos escogidos de Horacio Quiroga (1978), Los «Zoo» de João Guimarães Rosa. Han grabado textos y/o canciones de su autoría (entre otros) Zitarrosa, D.Viglietti, E.Darnauchans, Larbanois-Carrero, E.Rodríguez Viera, Los Olimareños, N.Moraes, W.Carrasco. ‘De tanto en tanto veo al "Bocha" Benavides por esas calles de Montevideo: con su estampa de "urraca valerosa" como un Dylan de Tacuarembó, con su eterna gabardina atravesando la llovizna gris de la ciudad, con carpetas y papeles debajo de un brazo, y con el Darno bien adentro del corazón.
Salud Maestro!! (Jorge Pena).
Sus primeros estudios de guitarra los realizó con Ricardo Rodríguez Cruz y con Domingo Alvarenga del Conservatorio Municipal de Tacuarembó y en Montevideo con Hugo Mondada y Cedar Vigletti. Posteriormente se dedicó totalmente a la música popular desde su calidad de cantante y compositor.[1]
Washington Benavídes, Carlos Benavídes, Eduardo Darnauchans, Eduardo Larbanois, Eduardo Lagos, José Carlos Seoane, J. A. Salgueiro y Pablo Benavídez, varios de los cuales integraron el movimiento cultural uruguayo llamado "Grupo de Tacuarembó".
Con sus primeras incursiones musicales a nivel profesional a principios de 1970, pasa a integrar el llamado "Grupo de Tacuarembó", el cual nucleó a una generación de artistas de distintos géneros, como músicos, poetas y escritores, entre los que se encontraban Washington Benavides, Numa Moraes, Eduardo Darnauchans, Eduardo Larbanois, Carlos da Silveira, Eduardo Lago, Julio Mora, Enrique Rodríguez Viera, Víctor Cunha, Eduardo Milán y Tomás de Mattos, entre otros.[2]
En 1973 y también en 1974 obtiene premios en el Festival Folklórico de Durazno. Ese mismo año recibe el Primer Premio en el Certamen de Canto de Paysandú y graba su primer larga duración, titulado "Soy del campo". En ocasión de presentar este disco, Alfredo Zitarrosa escribió:
Carlos Benavides pertenece al bien llamado "Grupo de Tacuarembó", que lidera nuestro querido poeta oriental Washington Benavides y que a la fecha ha lanzado a la fama intérpretes y creadores de genuino cuño campesino, inconfundibles por su estilo como Numa Moraes y Eduardo Darnauchans.[3]
También en el Festival de Durazno recibe en 1981 el "Charrúa de Oro".[4] Otro galardón recibido fue el "Palenque de Oro" en el Festival de Tala en Canelones.
Junto a su tío Washington Benavides es el coautor de muchas canciones, entre las que se cuentan "Como un jazmín del país" y "Guitarrero viejo". Con él editó en 1983 el disco "Benavides y Benavides", así como también varios discos colectivos, como "Amigos" y "Las milongas". Ha participado asimismo como guitarrista de Carlos María Fossatti, Los lugareños y Julio Mora, entre otros.
Con nueve canciones, es junto a Numa Moraes el músico que más fue grabado por Alfredo Zitarrosa. Entre otros intérpretes de sus temas también se puede encontrar a Santiago Chalar, Carlos María Fossati, Grupo Vocal Universo, Sanampay, Soledad Pastorutti, Julio Mora, Omar Romano, Numa Moraes, Larbanois - Carrero, Yamandú Palacios, Nacha Roldán, Carlos Garbarino, Washington Carrasco, Víctor M. Pedemonte, Pablo Estramín, Los del Yerbal y Eduardo Darnauchans.[1]
Ha brindado recitales en varios países del mundo, entre los que se cuentan Alemania, Argentina, Brasil, Chile, Cuba y Rusia
Washington Benavides (Tacuarembó, 1930). Profesor de Literatura en Enseñanza Media y Universitaria. Profesor de Arte y Comunicación, conductor de programas de música popular en CX 30 Radio Nacional; traductor de Guimarães Rosa, Oswald de Andrade, Carlos Drummond de Andrade, Affonso Romano de Sant'Anna, Gregorio de Mattos y otros; crítico literario, especializado en Horacio Quiroga y poesía joven. Algunos de sus poemarios premiados: El Poeta (1959), Poesía (1963), Las milongas (1965), Los sueños de la razón (1967), Poemas de la Ciega (1968), Fotos (1986), Lección de exorcista (1991), La luna negra y el profesor (1994). Entre su labor crítica aparecen: Cuentos escogidos de Horacio Quiroga (1978), Los «Zoo» de João Guimarães Rosa. Han grabado textos y/o canciones de su autoría (entre otros) Zitarrosa, D.Viglietti, E.Darnauchans, Larbanois-Carrero, E.Rodríguez Viera, Los Olimareños, N.Moraes, W.Carrasco. ‘De tanto en tanto veo al "Bocha" Benavides por esas calles de Montevideo: con su estampa de "urraca valerosa" como un Dylan de Tacuarembó, con su eterna gabardina atravesando la llovizna gris de la ciudad, con carpetas y papeles debajo de un brazo, y con el Darno bien adentro del corazón.
Salud Maestro!! (Jorge Pena).
Sus primeros estudios de guitarra los realizó con Ricardo Rodríguez Cruz y con Domingo Alvarenga del Conservatorio Municipal de Tacuarembó y en Montevideo con Hugo Mondada y Cedar Vigletti. Posteriormente se dedicó totalmente a la música popular desde su calidad de cantante y compositor.[1]
Washington Benavídes, Carlos Benavídes, Eduardo Darnauchans, Eduardo Larbanois, Eduardo Lagos, José Carlos Seoane, J. A. Salgueiro y Pablo Benavídez, varios de los cuales integraron el movimiento cultural uruguayo llamado "Grupo de Tacuarembó".
Con sus primeras incursiones musicales a nivel profesional a principios de 1970, pasa a integrar el llamado "Grupo de Tacuarembó", el cual nucleó a una generación de artistas de distintos géneros, como músicos, poetas y escritores, entre los que se encontraban Washington Benavides, Numa Moraes, Eduardo Darnauchans, Eduardo Larbanois, Carlos da Silveira, Eduardo Lago, Julio Mora, Enrique Rodríguez Viera, Víctor Cunha, Eduardo Milán y Tomás de Mattos, entre otros.[2]
En 1973 y también en 1974 obtiene premios en el Festival Folklórico de Durazno. Ese mismo año recibe el Primer Premio en el Certamen de Canto de Paysandú y graba su primer larga duración, titulado "Soy del campo". En ocasión de presentar este disco, Alfredo Zitarrosa escribió:
Carlos Benavides pertenece al bien llamado "Grupo de Tacuarembó", que lidera nuestro querido poeta oriental Washington Benavides y que a la fecha ha lanzado a la fama intérpretes y creadores de genuino cuño campesino, inconfundibles por su estilo como Numa Moraes y Eduardo Darnauchans.[3]
También en el Festival de Durazno recibe en 1981 el "Charrúa de Oro".[4] Otro galardón recibido fue el "Palenque de Oro" en el Festival de Tala en Canelones.
Junto a su tío Washington Benavides es el coautor de muchas canciones, entre las que se cuentan "Como un jazmín del país" y "Guitarrero viejo". Con él editó en 1983 el disco "Benavides y Benavides", así como también varios discos colectivos, como "Amigos" y "Las milongas". Ha participado asimismo como guitarrista de Carlos María Fossatti, Los lugareños y Julio Mora, entre otros.
Con nueve canciones, es junto a Numa Moraes el músico que más fue grabado por Alfredo Zitarrosa. Entre otros intérpretes de sus temas también se puede encontrar a Santiago Chalar, Carlos María Fossati, Grupo Vocal Universo, Sanampay, Soledad Pastorutti, Julio Mora, Omar Romano, Numa Moraes, Larbanois - Carrero, Yamandú Palacios, Nacha Roldán, Carlos Garbarino, Washington Carrasco, Víctor M. Pedemonte, Pablo Estramín, Los del Yerbal y Eduardo Darnauchans.[1]
Ha brindado recitales en varios países del mundo, entre los que se cuentan Alemania, Argentina, Brasil, Chile, Cuba y Rusia
A Bernart de Ventadorm en 1963
Bernart de Ventadorn: cómo de pronto envidio tus canciones
-si Leonor de Aquitaniau otra olvidada dama, templaron a las cuerdasde tu fino instrumento-.
Pero aún más, todavía
la estrofa con el puro fucilazo de oro
del instante:
«Can vei la lauzeta mover
de joi sas alas contra 'I rai,
e que s'oblid'e's laissa chazer
per la doussor c'al cor li vai...».
Esa alondra, que mueve con alegría sus alas
Esa alondra, que mueve con alegría sus alas
contra el rayo del sol y que se desvanece
y se deja caer, por la dulzura
que al corazón le llega, cómo empuja
ojos y frente oscuros a lo alto!
Triste país es éste, Bernart, cuando sentimos
Triste país es éste, Bernart, cuando sentimos
que antes de la agonía aspiramos a sombras;
cuando desconocemos al caído,
cuando vemos sin ver la miseria y la costra.
Y tú con esa alondra para alumbrar la vida!
(Y de un oscuro origen, en duro tiempo hiciste brotar el agua limpia)
Y tú con esa alondra para alumbrar la vida!
(Y de un oscuro origen, en duro tiempo hiciste brotar el agua limpia)
Trobar clus = luz guardada.
Sangraste, trovador, en tu alambique
Sangraste, trovador, en tu alambique
donde se destilaban rimas y neoplatónicas
veladuras.
Pero te sobrevive lo esencial:el alma.
El alma o su armadura
en una alondra.
Miro el cielo del triste país, Bernart, que amo,
Miro el cielo del triste país, Bernart, que amo,
y acaso estén ahí -como una dura prueba
del tiempo y su alevosa espoleta- maquinarias
fatales y con alas de ángeles o «lauzetas»...
Una alondra es preciso, Bernart de Ventadorn, ahora!
Anda un amigo en medio de la noche...
Anda un amigo en medio de la noche.
Anda un amigo en medio de la noche.
Han cerrado los bares. Las persianas
de acero bajaron con estrépito. Los gatos
deslizan apetitos. Anda la luna
por ahí, velada. Pasan coches y luces;
sobreviene, después, un silencio
que mueve la plantita en la cornisa;
silencio que hace un chambelán
de un grillo -del canto de ese grillo-.
Anda un amigo en medio de la noche.
No lo conozco. Y él no me conoce.
Andamos cerca o lejos, nos cruzamos
-acaso- en una calle. Compartimos
un ómnibus, un cine, un banco de una plaza.
Anda un amigo y ando yo que soy amigo
de ese hombre. En órbitas distintas
-nunca ajenas-. Pero vamos a hallarnos.
En medio de la noche o con la aurora
En medio de la noche o con la aurora
de rosados dedos, vamos a hallarnos.
Y tenemos que estar preparados a ese encuentro.
Por ahora, susurra el viento oscuro,
graznan letreros viejos y el grillo mete lima.Ya no pasan los coches. Pasan restos de diarios
y un cartel liberado zapateando en el polvo.
Estoy seguro. Nos encontraremos.
De "Murciélagos" 1981
Canción de los lentes
El poeta envejece.
No ve la línea,
la delgada silueta
que, antes, veía.
La escritura le baila
una polkita;
se le van los matices,
las golondrinas.
Pero se puso lentes
y oh maravilla
se dibujaron netas
las golondrinas.
Apareció de nuevo,
-la delgadiña-
aquella del romance,
palabra limpia...
Los tipos de su máquina
la tinta china
por más que los limpiaba no aparecían...
Se arrimaba a la hoja
cuanto podía,
su nariz borroneaba
la letra fina...
Pero se puso lentes
y oh maravilla
volvieron las "corrientes"
las "cristalinas"...
Y releyó a Pessoa
y a Carlos Williams
y anduvo con Sabines
por la cornisa...
Ahora es un "cuatrojos"
es un "lenteja "pero ve lo que escribe
y lo que piensa.
De "Finisterre" 1986
confusa exaltación y representación de la dama
a Nené
-«Estás igual..» No. -Claro que envejeces; -horrible fuera:
a Nené
-«Estás igual..» No. -Claro que envejeces; -horrible fuera:
sola y detenida, mientras brotan y siegan a las mieses,
y el tren se va y el corazón trepida...
«Si universo y si tiempo nos sobrara...»
«Si universo y si tiempo nos sobrara...»
-Lo dijo Marvell- en un nomeolvides
si «La púdica amada» titubeara... Ronsard lo reiteró y hoy Benavides.
No temo por la pérdida segura
No temo por la pérdida segura
de aquella perfección, de aquella cara, porque no es eso lo que al fin perdura.
Old Ezra bien lo supo. Rememoro
Old Ezra bien lo supo. Rememoro
su lección (aunque tiemblo al deterioro): «Si universo y si tiempo nos sobrara»...
De "Poesía" 1959-1962
SONETO DE FINAL DE MILENIO
Farai un vers de dreit nien
Guilhem de Peitieu ¿Pensando en nada? La escopeta abierta;
bajo un «sombra de toro», el cuerpo acedo
vuelto una piedra más de la de Haedo.
Un mirlo canta: el corazón despierta
y late más tranquilo. No es la yerta
aceptación del tiempo y de su miedo.
Es descubrir que se abre alguna puerta
y que esta vida importa más que un bledo.
Como Guilhem, no haré un verso de nada.
Pensar en nada es como un grabador
abierto y al acecho del instante.
Es no asociarse con la mascarada
y expresarlo temblando. Con temblor
de viva lágrima. No de diamante.
SONETO BOGOTANO
Envase de poesía provisorio
que está a la venta con rótulo falso; un condenado que ama su cadalso, un pobre mago en un mundo ilusorio. Un tardío invitado del jolgorio; en noche de San Juan, ateo y descalzo; un abogado, ya sin escritorio, y que no encuentra su testigo falso. Con estas credenciales, me presento. Y el agente de turno de la Aduana
entre los libros, busca un documento, una bolsita, leve como el viento: polvos de amor para Fata Morgana; otro terrón de un mundo polvoriento..
SONETO ELEGIACO
Diálogo con mi propia negación
Murilo Mendes
De este supermercado XX al filosólo me cabe susurrar: «saudade»;
del «poliedro» y la musa de Murilo, de Carlos Drumond y de Sousândrade...
De Malevich y el «blanco sobre blanco»
y de los pericones de Figari; de Josefina Baker y su flanco
y la arena cambiante de un safari...
De ser un niño cuando «Las Brigadas».
Del fútbol juvenil, lejano ya...
De no encontrarme cuando «Las Patriadas». De no haber puesto más pasión en todo; pese a la llama, pese al mismo lodo
de Adán, Erdosain y el Señor K..
SONETO DOS AL BORDE DEL MILENIO
¿Cómo te sientes, entre tantas cosas, súbitamente, vueltas diferentes? Mas, tú no las cambiaste. Si, ominosas o justicieras, descubrieron dientes, mordiendo, líderes o presidentes; ayer cantados bajo palio y rosas. Hablo de corazones y de gentes, de muros derribados y de prosas. Pero ¿están derribados esos muros? Mozos de pelo al rape, con cadenas, al extranjero invitan al infierno; las esvásticas vuelven a los muros, arden las sinagogas y colmenas.. ¿Y tú, cómo te sientes, Posmoderno?
CONFUSA "EXALTACIONY REPRESENTACION DE LA DAMA
a Nené
«Estás igual..» No. -Claro que envejeces; -horrible fuera: sola y detenida, mientras brotan y siegan a las mieses, y el tren se va y el corazón trepida...
«Si universo y si tiempo nos sobrara..» -Lo dijo Marvell- en un nomeolvides
si «La púdica amada» titubeara...
Ronsard lo reiteró y hoy Benavides. No temo por la pérdida segura
de aquella perfección, de aquella cara, porque no es eso lo que al fin perdura.
Old Ezra bien lo supo. Rememoro
su lección (aunque tiemblo al deterioro): «Si universo y si tiempo nos sobrara»..
TERCER SONETO AL BORDE DEL MILENIO
Si considero que la vida es dura
¿cómo nombrar a Zaire o Sarajevo? Alimentando el mítico «hombre nuevo»
cuando la hambruna es una reina impura.. Almácigos de muerte: el niño negro, parias de Benarés, narcos de Cali, P.P. de Río, nínfulas de Bali, en este puzzle en que me desintegro...
Un «Duérmete mi bien» canta la madre
a su bebé, amparado, todavía...
Otro no sabe ni quien es el padre, ni la que lo parió a este mundo inmundo...
Puedo comer mi pan, beberme el día, pero con ellos -sin piedad- me hundo...
GRANDE W. BENAVIDES ANDRES DI BARTOLOMEO
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