Estas páginas están consagradas a los grandes creadores de la literatura rioplatense, y a los hechos culturales y sociales emparentados con la literatura y la historia, y con Roberto Arlt y Juan Carlos Onetti, dos mitos, dos gigantes.
miércoles, 1 de julio de 2009
Andrés Aldao: POR QUÉ LOS GRANDES DE LA LITERATURA RIOPLATENSE
Los nombres de los libros que he escrito pueden dar la pauta de que lo que escribo más abajo es un resumen claroy literario de mi estado de ánimo: CUENTOS DESDE LEJOS; ENSAYITOS Y SARCASMOS EN COMPÁS DE 2X4; CALLES EMPOLVADAS DE RECUERDOS; A + B MEMORIA COTIDIANA; AVENTURAS Y DESVENTURAS DE ALE ASPIS (novela); DE EVOCACIONES; TRAGEDIA DE UNA GENERACIÓN DECAPITADA; ASERRÍN...ASERRÁN. EN TODOS ESTOS ESCRITOS LA SOMBRA RIOPLATENSE SE DESPLAZA, ORA EN SILENCIO, ORA CON ESTRÉPITO, PERO SIEMPRE PRESENTE, ENVOLVIENDO AL AUTOR CON LA BRISA DEL RÍO INOLVIDABLE (A.A.)
Andrés Aldao: POR QUÉ LOS GRANDES DE LA LITERATURA RIOPLATENSE
No fue casual la idea. Tampoco el título. Es un credo que cobijé dentro mío durante muchos años... Como una especie de semi vigilia, o como una necesidad insatisfecha, una incisiva obsesión que recorría mi mente y exigía cumplir mi lealtad al mito—rito rioplatense.
Repasé la breve historia de cómo llegué, de hombre involucrado durante toda la vida a la historia política y social del siglo XX, a la literatura, a ser una persona que evoca, recorre el pasado, se atiborra de literatura y escritores que conocía de “ojito” (en la tangente de mis lecturas), como un curioso periodista inclinado a recorrer todo lo referente las artes de cualquier tipo, y que ahora, sin antecedentes literarios pretéritos, escribe desde 1996 historias, se empapa de estilos, autores, revive lecturas que en otro tiempo fueron circunstanciales.
Durante los primeros años del exilio comprendía que ya nada podían brindarme los clásicos marxistas ni los movimientos políticos de izquierda. Me sentía por encima del bien y del mal, me aburrían los recitados “revolucionarios” que escuché por primera vez en 1942. Y entonces, por supuesto, sin falta, entré en el cono de sombra de la nada, en la crepitación absurda del vacío, en la tiniebla al pie del cadalso.
Pero ocurrió lo que debía ocurrir: la nostalgia se hizo contenido y remembranza de la ciudad que me vio nacer, de la que fui parte y de la que el exilio forzoso me arrancó. Pero quedaron las raíces profundas, incrustadas en la hondura del mundo rioplatense. Alienado, inmerso en el proceso histórico del siglo XX, la urbe “húmeda, atroz e irrepetible” era la imagen que volvía a mí con frecuencia, despertaba sensaciones dormidas, anécdotas que no había acabado de fagocitar y que entonces regresaron, plenas, acongojadas, abrumándome con parte del pasado desbaratado y sin retorno. El mundo de Buenos Aires ocupó el tablado de mi vida y las vivencias rioplatenses se convirtieron en la remembranza deslumbradora que yo veía como a través de un cendal.
La melancolía se fue haciendo parte de mi vida. Volví a Arlt. A Los siete locos y El juguete rabioso, y entonces descubrí que vivía en Siberia, que todo el planeta rioplatense existía fuera de mí, apartado, remoto, inaccesible.
Ante todo, volví a la música de Buenos Aires, a Pugliese, Troilo, Piazzolla, a los cantores de la ciudad perdida. Releía suplementos literarios, trataba de conseguir libros argentinos, pero con la exigencia, en lo posible, de ser autores relacionados con el Río de la Plata. Llegaron a mí Osvaldo Soriano, David Viñas, Carlos Onetti, rechacé a otros “novedosos” y me subyugaron autores de otros países, dedicados a la novela negra urbana (Raymond Chandler y Hammet), “vicio” que traje de buenos Aires. Había que convivir y remontar la corriente en contra....
Veinte años más tarde (1996) tomé la pluma y relaté la última experiencia personal, la que me llevó a la prisión y al exilio, La Huida. Desde allí brotaron los recuerdos y la necesidad de darles cabida, hacerlas historia literarias en el papel.
Tiempo después asumí la magnitud de la pequeña desdicha íntima, la desventura y la adversidad, la comprensión que mi regreso a las calles de la urbe rioplatense era un absurdo, un sueño y un despropósito utópico. Sin embargo, no me resigné ni me resigno...
Me atiborré de Arlt, Bernardo Kordon, Castelnuovo, los poemas de Olivari, Onetti, alcancé a trepar sobre la literatura de Marechal. A Borges y a Sábatto comencé a leerlos en el exilio... No puedo nombrar a todos, aunque intentaré publicar a los autores rioplatenses, argentinos, uruguayos y países limítrofes que logre rescatar del olvido, del estado de sitio editorial, del gueto académico, y editarlos en el blog Los Grandes de la Literatura Rioplatense por “prepotencia de trabajo”, para que todos aquellos que reconocen que la literatura del Río de la Plata, de Argentina y Uruguay países limítrofes (y sin desmerecer a otros grandes autores de América latina), son dignos exponentes de la literatura universal, sin necesidad de “mearnos” por nombres que “deslumbran” por su sola pertenencia al mundo de los “cultos y bien provistos”.
Por esa causa este blog tiene su razón de ser. Es el desafío de un deslumbrado rioplatense que reverencia su pasado y rescata a los héroes de las letras que conoció, a los que leyó y a los otros.
© Andrés Aldao
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Querido Andrés: me alegró ver tu nombre y, por supuesto, me alegró el saber cómo fue el camino que te llevó a esta nueva idea. Siempre supe que compartía contigo , la lectura de Roberto Arlt. Me apasiona su forma, que redondea con unos giros poéticos espléndidos. Es un camino nuevo que sé, será de un éxito total, porque va a llevar la rigurosidad que te caracteriza. Gracias por compartir la idea con la amistad. Quien te desea o mejor, como siempre y te leerá con ganas, desde Argentina, Laura Beatriz Chiesa,
ResponderEliminarsí, como que las aguas del rio de la plata y toda su historia están en cada milímetro de tu piel: puede notarse. bella explicación la tuya. un abrazo. susana zazzetti
ResponderEliminar¡Qué bien plasmado tu pensamiento sobre la elcción de abrir este blog! Creo que es inédito en el universo virtual, lo que maximiza su valor. Aún cuando el primer descubrimiento de esta literatura sea a partir del exilio, la desdicha, la remembranza, la lejanía , no por eso pierde toda su grandeza, de la cual nos alimentamos los que leemos.
ResponderEliminarFelicitaciones, Amdrés, una creación del más digno elogio.
Espero que aparezcan las escritoras rioplatenses.
Un gran saludo, de
MARITA RAGOZZA
Andrés,me gusta como describis tu acercamiento a cada uno de nuestros escritores, como te nutriste de ellos y como ellos han echado sus raices en tu adentro para que ahora den su fruto en este nuevo blog, al que es un placer entrar y perderse enél. Un abrazo de
ResponderEliminarSilvia Loustau